La Unidad para las Víctimas ha adelantado todos los procesos pertinentes para garantizar atención integral a los indígenas embera que siguen alojados en albergue La Maloka San Javier. Son 269 personas que han recibido alojamiento, alimentación y acompañamiento.

La Unidad para las Víctimas ha venido atendiendo a la población embera perteneciente a las comunidades chamí y katío de los resguardos de Risaralda y Chocó, que se encuentran en situación de desplazamiento forzado en la ciudad de Bogotá, y que están dentro del proceso de retorno, reubicación o que manifiestan su deseo e intención de permanecer en la ciudad de Bogotá (Integración Local).

La Unidad para las Víctimas bajo un esquema de atención diferencial establecido en el marco normativo de la Ley 1448 de 2011 y el Decreto-Ley 4633 de 2011, dio apertura a un alojamiento temporal en la ciudad de Bogotá con el objeto de atender a las familias pertenecientes a la comunidad embera chamí y embera katío, que se encontraban en la ciudad capital en situación de desplazamiento forzado.

Desde el año 2012 y hasta el día de hoy se han venido entregando en condiciones de oportunidad, calidad y suficiencia, todos y cada uno de los componentes de la Atención Humanitaria de Emergencia, que incluyen el suministro de la alimentación adecuada y balanceada, de acuerdo al estado nutricional y con ajuste diferencial, la entrega de kits de aseo personal, de acuerdo a las necesidades y a las condiciones climáticas y del entorno.

Los indígenas embera que desde hace un año se alojan en el albergue “La Maloka” San Javier de la ciudad de Bogotá han tenido de manera permanente alimentación, alojamiento y acompañamiento multidisciplinario por parte de la Unidad para las Víctimas, y seguirán teniendo atención integral adecuada.

La entidad ha adelantado de manera oportuna los procesos pertinentes que garantizan que a los embera no les falte nada dentro de la ruta de atención y asistencia humanitaria, establecidos en la Ley 1448 de 2011 y en las normas de enfoque diferencial contempladas para poblaciones étnicas víctimas del conflicto armado.

Según explicó Ramón Rodríguez, director de Gestión Social y Humanitaria de la Unidad y en el marco de sus competencias, ayer fueron colocados 57 giros de Atención Humanitaria para núcleos familiares, por un valor de 420 mil pesos cada uno, de los cuales a la fecha fueron cobrados 53; con esos recursos pagaron directamente a “La Maloka” dos días de alojamiento, quienes, durante varios días previos, por voluntad propia, decidieron mantenerlos allí sin costo. 

En este momento, la Unidad se encuentra adelantando las gestiones pertinentes para la consecución de un alojamiento temporal, mientras concluye el proceso contractual que garantizara la entrega de atención humanitaria de emergencia hasta el retorno o reubicación de la comunidad.

Es importante tener en cuenta que el proceso de la contratación para el 2019, dependerá de las vigencias futuras que apruebe el Ministerio de Hacienda.

Por otra parte, es importante aclarar que la alimentación ha sido garantizada por parte de la Unidad durante este último mes mediante la entrega de 120 kits alimentarios a las familias y la realización de ollas comunitarias.

De manera permanente en el alojamiento, todo el año, la comunidad embera ha contado con acompañamiento psicosocial, servicios médicos y protección a sus costumbres, bajo el liderazgo de la Unidad para las Víctimas.

De acuerdo con lo explicado por Ramón Rodríguez, el convenio con el alojamiento “La Maloka”   finalizó en junio 30 de 2018 y aunque el proceso de contratación de uno nuevo comenzó de manera oportuna, y fue subido a tiempo a la plataforma digital Secop 2 según los procedimientos legales, como pudo revisar ayer la Procuraduría, surgieron inconvenientes debido a la Ley de Garantías electorales. Fue necesario entonces abrir un proceso de contratación abreviada. Dentro de ese proceso, "contamos con que el contrato del nuevo alojamiento esté listo para la última semana de agosto ", dijo el funcionario.

La Unidad para las Víctimas sigue atendiendo y asistiendo de manera integral y oportuna a las familias embera desplazadas por el conflicto armado que han llegado a la capital del país por medio de las rutas misionales establecidas.

La ruta de atención y asistencia integral es un paso previo al proceso retorno y reubicación de estas familias venidas de diferentes partes del país.