Jun
24
2016

Los Embera Katío cuentan con el apoyo de la Unidad

La Unidad para las Víctimas territorial Eje Cafetero realizó una nueva entrega de ayudas humanitarias a la comunidad indígena Embera Katío que retorno de la ciudad de Cali, al resguardo de Gitó Dokabú en Pueblo Rico (Risaralda).

RisaraldaPueblo Rico

Antes de la salida del sol los funcionarios de la Unidad para las víctimas ya están rumbo del resguardo indígena de Gitó Dokabú, para encontrarse con miembros de las 82 familias entre retornados y receptores, que participaron del proceso de retorno de los indígenas que llegaron desde la ciudad de Cali el año anterior, en donde estaban en condición de indigencia.

410 indígenas Embera Katíos esperan con ansias la llegada de los funcionarios y desde luego del camión proveniente de Bogotá, que viene cargado de víveres e implementos de aseo, con los cuales se beneficiarán durante un mes.

Un total de nueve toneladas de comida, medida exacta para alimentar a la población; hombres, mujeres y niños se agolpan en la cancha de fútbol del colegio Intercultural Agüita, que sirve como terreno improvisado para descargar un poco de alivio a esta comunidad desplazada, que hoy goza de su riqueza cultural y ancestral.

La descarga inicia a las 9:00 de la mañana, minuciosamente se organizan los mercados tipo A, B y C que otorga la Unidad como parte de la ayuda humanitaria que se ofrece a los retornados en cada rincón de la geografía nacional.

La toma de lista y firmas son solo un formalismo para que al final las caras de júbilo puedan salir a flote en los rostros de todos los asistentes, los indígenas por tener otro mes de provisiones y los funcionarios por la satisfacción del deber cumplido.

Aceite de cocina, ajo en polvo, arveja, zanahoria, lomitos de atún, azúcar, café, chocolate, galletas, harina, jamón, leche, maíz, pollo, sal, sardina, arroz, avena, frijol, lenteja, maíz, panela, pastas, entre otros productos de la canasta familiar, hacen parte de la entrega.

Tras el desembarque inicial, queda tiempo para apreciar las cristalinas aguas de los ríos Tatamá y Agüita, que se funden en uno solo desembocando en el San Juan y adentrándose en la montaña, lindo marco para continuar cumpliéndole a las víctimas con los compromisos del Estado.

“La verdad que es un alivio para nuestra comunidad poder tener acceso a estas ayudas que nos ofrece la Unidad para las Víctimas, tras atravesar difíciles condiciones en la ciudad de Cali, que más que poder compartir en nuestra tierra con familiares y amigos; nosotros solo queremos que nos respeten nuestros derechos y nos dejen trabajar tranquilos, esperamos por fin poder disfrutar del camino de la paz”, manifestó Esteban Queragama, líder de la comunidad retornada.

Desde que se inició el proceso de retorno cerca de 1.000 indígenas han regresado a sus resguardos de origen. El primer gran retorno se dio en el año 2012, para un total de 120 familias, integradas por cerca de 600 personas, en 2013 retornaron 20 familias, en 2014 11 núcleos familiares y el año anterior 41.

“De verdad que es muy gratificante poder cumplirle a través de la Unidad a la comunidad indígena asentada en el departamento; es una labor que hemos venido realizando cada mes desde los retornos en el año 2012, pero además de ello lo importante es que estas personas puedan compartir con sus familias y rescatar sus costumbres ancestrales que hacen parte fundamental de nuestra riqueza cultural”, argumentó Ómar Alonso Toro Sánchez, director territorial de la Unidad en el Eje Cafetero.

Rayando el mediodía, bajo el sol inclemente de esta tierra hermosa y con la magnífica noticia de la firma del punto tres de la mesa de conversaciones entre el Gobierno y FARC, los Embera Katíos emprenden su rumbo a casa montaña adentro. Cuatro horas de camino les esperan hasta llegar a sus parcelas, cansados pero con la esperanza puesta en poder disfrutar de un país mejor.