
En Cerro Azul en el Magdalena la tranquilidad superó a la guerra
En el cerro más azul de la Sierra Nevada y que a su vez hace que en el cielo resplandezca más este color, según sus habitantes, se realizó por primer vez un acto simbólico de conmemoración de los hecho violentos que obligaron a un desplazamiento masivo.

En el cerro más azul de la Sierra Nevada y que a su vez hace que en el cielo resplandezca más este color, según sus habitantes, se realizó por primer vez un acto simbólico de conmemoración de los hecho violentos que obligaron a un desplazamiento masivo.
La Unidad para las Víctimas y su programa entrelazando ha impactado a un promedio de 100 familias que tuvieron que soportar el rigor de la guerra, hoy en medio de esta conmemoración se entregó oficialmente un salón comunal adecuado para los sitios de encuentro, 12 entrelazadores entre tejedores y tejedoras, trabajan para mitigar los recuerdos que dejó el desplazamiento.
La paz se respira por esta hermosa vereda distribuida entre las inclinadas montañas de prósperos cultivos de pancoger y café, los habitantes de Cerro Azul son los más felices pues ratifican una y otra vez que la paz llegó a su vereda como en los tiempos de antes.
Isabella Oliveros Carpintero tuvo que salir desplazada con sus hijos y nietos hoy manifiesta: “ Me ha gustado porque ahora llego sola me voy sola y lo único que me encuentro en el camino son amigos y todo lo que vivíamos antes, estamos tranquilos”
Virgilio Durán Ascanio, tuvo que partir de Cerro Azul luego de que asesinaron a sus dos hermanos en 1992 y de que le tocara salir con toda su familia desplazado, hoy nos cuenta : ”Hasta ahora estamos viviendo bien, estamos viviendo tranquilos, queremos es que el estado haga presencia con fuerza pública para que las cosas que ya vivimos no se repitan”
Angélica Bonilla Torres habitante de la vereda y perteneciente al grupo de tejedoras agradece la presencia de la Unidad para las Víctimas: “ El grupo entrelazando y nuestra líder Osiris nos ha enseñado no a olvidar pero si a superar lo que pasó, en que nosotros podemos confiar en nosotros mismos, en que nosotros si podemos sacar nuestro corregimiento adelante y hoy vivimos muy felices y en plena tranquilidad”
Varias presentaciones de sus habitantes, el fútbol de los jóvenes y las pinturas de los niños hicieron que la mañana avanzara para finalizar con un sancocho típico de la zona, entre los murmullos de los habitantes lo que más se rescata es que estas actividades los hacen recordar los buenos tiempos de antes