Jul
12
2016

Continúa atención a indígenas desplazados que se encuentran en Medellín

La caracterización permite la identificación de las víctimas, la composición de los núcleos familiares, medir sus condiciones de habitabilidad (vivienda), salud, nutrición, generación de ingresos, así como el acceso a la justicia y a las medidas de rehabilitación en términos del goce efectivo de derechos.

AntioquiaMedellín

Luego de la entrega de ayuda humanitaria, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas realizó la caracterización del grupo de indígenas embera-katío que desde hace 6 años viven en condiciones de desplazamiento forzado en el barrio Niquitao de Medellín.

Como parte de este proceso se entrevistaron a 51 jefes de familias para conocer las condiciones de vida de 58 familias (282 personas), quienes abandonaron el resguardo Tahamí, ubicado en la zona del Alto Andágueda del municipio de Bagadó (Chocó), como consecuencia del conflicto y la incursión de grupos armados ilegales.

La caracterización permite la identificación de las víctimas, la composición de los núcleos familiares, medir sus condiciones de habitabilidad (vivienda), salud, nutrición, generación de ingresos, así como el acceso a la justicia y a las medidas de rehabilitación en términos del goce efectivo de derechos.

Según Jorge Mario Alzate, director territorial de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, “la caracterización es fundamental para definir las medidas de reparación y asistencia de la Ley de Víctimas, además de los proyectos con enfoque étnico que se van a implementar con estas comunidades indígenas cuando se logre su retorno para que así puedan permanecer en sus territorios con garantías”.

En la actualidad, la Unidad para la Reparación a Víctimas hace concertación y gestiona con el Gobierno y las autoridades indígenas el retorno acompañado a sus resguardos en Chocó de los embera-katío que habitan en inquilinatos de Niquitao. Lo anterior, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Superior Distrito Judicial de Antioquia que ordena la restitución de los derechos territoriales del resguardo habitado por 1.454 familias indígenas.

Durante las entrevistas de la caracterización, estos manifestaron su voluntad de retornar a su resguardo para superar sus condiciones de vulnerabilidad y conservar su cultura. “Queremos volver a nuestras tierras porque aquí en la ciudad pasamos muchas necesidades, no hay trabajo para todos y perdemos nuestras tradiciones y cultura”, aseguró uno de los jefes de familia que asistió a las jornadas de atención.

En medio de este proceso fueron identificados varios niños nacidos en los últimos años durante la permanencia de los indígenas en Medellín. Esto con el fin de incluirlos en el Registro Único de Víctimas para que puedan acceder a los programas del Estado para la población infantil y grupos étnicos.

En la actualidad, esta población desplazada recibe atención en alimentación, salud, educación y otros programas sociales por parte de la Alcaldía de Medellín y Unidad para la Reparación a las Víctimas. Esta última entidad entregó en junio pasado ayuda humanitaria consistente en alimentos y elementos de aseo personal para su manutención en la ciudad.

Tras el desplazamiento forzado de unas 500 familias del resguardo Tahamí del Alto Andágueda, la Unidad para la Reparación a las Víctimas logró en 2013 el retorno de las familias que se asentaron en Bogotá. Otros grupos permanecen en Medellín e Ibagué. Además, se avanza en la formulación del plan de reparación colectiva con estas comunidades embera-katío.