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Educación para la paz y recuperación del campo, claves en implementación del acuerdo de paz
En el Foro ‘Víctimas en el Posconflicto’, convocado por la Unidad para las Víctimas y Foros Semana, sobrevivientes del conflicto y expertos en diferentes áreas coincidieron en que cumplir con lo acordado en La Habana es un elemento esencial de la reparación de las víctimas.
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Tres temas hicieron parte del debate planteado en el Foro ‘Víctimas en el posconflicto’: Noviolencia y reconciliación, verdad y justicia y oportunidades de desarrollo y empleabilidad.
Frente a todos ellos, que hacen parte esencial de la reparación de las víctimas, el acuerdo de paz contiene disposiciones que permiten avanzar para hacer una sociedad en donde haya más convivencia, más justa y más equitativa.
La construcción de paz en los territorios, instituciones como la Justicia Especial para la Paz y la Comisión de la Verdad y la Reforma Rural Integral, entre otros puntos del acuerdo son retos de la implementación de paz que deben beneficiar a las víctimas.
Yolanda Perea, miembro de la Mesa Nacional de Víctimas; Teresita Gaviria, fundadora de las Madres de la Candelaria, ambas víctimas del conflicto, conversaron sobre estos temas con Luis Javier Botero, director ejecutivo de Panaca; Jorge Tovar, coordinador general de Redprodepaz; Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación; Juliana Melo, Directora de Reparación de la Unidad para las Víctimas; Ana María Ibañez, profesora de Economía de la Universidad de los Andes; María Patricia Guzmán, directora ejecutiva de Cotelco Bogotá, y Lorenzo Medina, director nacional de ventas y negocios especiales de Cencosud.
“Hemos decidido tomar parte en la realización de este Foro porque creemos que es importante que toda la sociedad participe en la discusión sobre cómo se puede hacer una implementación del acuerdo de paz más favorable a las víctimas. Debemos trabajar porque la implementación del acuerdo conduzca a la reconciliación, a la verdad y la justicia y a una sociedad más equitativa que les dé a las víctimas mayores oportunidades de desarrollo”, manifestó la Directora de la Unidad para las Víctimas, Yolanda Pinto Afanador, en la instalación del Foro.
Noviolencia y reconciliación
“Estamos construyendo paz desde el territorio para que lo que nos pasó no le pase a nadie más”, manifestó Yolanda Perea, víctima de violencia sexual y miembro de la Mesa Nacional de Víctimas, quien aseguró además que después de muchos años de lucha para que las víctimas sean escuchadas, se ha logrado que hoy las víctimas tengan una voz.
“Hoy se habla más porque las mujeres saben que si se quedan calladas de alguna manera están siendo cómplices de sus victimarios”, agregó.
Luis Javier Botero, quien además de ser director ejecutivo de Panaca ha trabajado desde hace muchos años por la Noviolencia, señaló que alcanzar este estado (que no se escribe como dos palabras sino como una sola) no consiste solamente en que no haya violencia sino que es toda una forma de relacionarse con el otro.
“La Noviolencia no es lo que la gente cree que es. La Noviolencia no busca ganarle al oponente, sino volverlo un aliado. No se es Noviolento simplemente por no matar a nadie, es aprender que ante una violencia material se adopta una respuesta espiritual”, explicó.
Finalmente, Jorge Tovar, Coordinador General de Redprodepaz, cuya organización trabaja precisamente en iniciativas de construcción de paz en los territorios, aseguró que para garantizar la reconciliación y la convivencia en el país, después de la firma del acuerdo de paz con las Farc, es necesario fortalecer las organizaciones sociales, ampliar los espacios de diálogo social y sobre todo crear una nueva forma de relacionarse en las comunidades.
“La reconciliación no se trata de olvidar sino de recordar sin dolor, pero en Colombia pareciera que es más fácil hacer la guerra que reconciliarse”, señaló.
Verdad y Justicia
Teresita Gaviria, miembro de la Fundación Madres de la Candelaria, que desde hace más de 18 años viene trabajando por buscar a los desaparecidos del conflicto, contó cómo las mujeres de ese grupo pasaron de desear la venganza a entender que ese sentimiento no tenía ninguna utilidad.
Luego se dieron cuenta de que lo que realmente les interesaba era la verdad y que para alcanzarla lo más importante era aprender a escuchar.
“Después de que los escuchamos nos dimos cuenta de que no eran los ogros que nos imaginábamos. Cuando íbamos a la cárcel a hablar con ellos y nos daban las coordenadas en donde estaba enterrada una víctima, eso para nosotros era como un trofeo”, dijo.
Áriel Avila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, analizó los retos y las posibilidades que tienen de alcanzar verdad y justicia las nuevas instituciones previstas por el acuerdo de paz, entre ellas la Jurisdicción Especial para la Paz y la Comisión de la Verdad.
Señaló que fue una derrota para las víctimas que el Congreso decidiera que los terceros vinculados al conflicto no tienen que presentarse obligatoriamente, sino que pueden hacerlo solo si ellos quieren. Eso, afirmó, va a impedir que los verdaderos ganadores del conflicto, que incluyen empresarios y políticos, sean llevados ante la justicia. Sin embargo, reconoció que pese a esas diferencias, el sistema de verdad y justicia previsto en el acuerdo sí tiene posibilidades de éxito.
“La Justicia Especial para la Paz es un modelo que sí garantiza verdad y justicia porque cuenta con unos mecanismos de contrastación y verificación”, sostuvo.
Juliana Melo, Directora de Reparación de la Unidad para las Víctimas, agregó por su parte, que uno de los aprendizajes que ha logrado la Unidad en materia de reparación es que esta se construye de acuerdo con cada persona y cada comunidad y no es un modelo que se impone desde afuera.
“El aprendizaje no es de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba. En los territorios nos enseñan cómo se puede hacer la reparación y en dónde está la reconciliación”, puntualizó.
Empleabilidad y oportunidades de desarrollo
Ana María Ibañez, catedrática de la Universidad de los Andes, quien ha investigado desde un punto de vista económico los efectos que tiene el conflicto en las víctimas, señaló que en la reparación es importante tener en cuenta las dinámicas económicas a las que se ven expuestos los sobrevivientes del conflicto.
Ella habla de una trampa de pobreza en la que se ven atrapados los desplazados porque además de la perdida de sus tierras, les toca competir en un contexto en donde su fortaleza, que es su conocimiento sobre la agricultura, no los hace competitivos.
“Los impactos sicológicos de la victimización son muy profundos. Esto tiene un impacto enorme en las decisiones económicas. No son solo las pérdidas económicas”, agregó.
Por su parte, María Patricia Guzmán, de Cotelco, y Lorenzo Medina, de Cencosud, mostraron los esfuerzos que junto con la Unidad para las Víctimas vienen haciendo estas empresas para emplear a víctimas del conflicto y adquirir sus productos para comercializarlos.
Sin embargo, coincidieron con Ana María Ibañez en que la economía de escala es una de las mayores limitantes que existen pues las víctimas que tienen proyectos de emprendimiento en la mayoría de los casos no tienen la infraestructura para atender grandes demandas de producto.
Medina afirmó que la asociatividad es una de las fórmulas que Cencosud ha encontrado para superar este escollo, pues al organizarse en cooperativas o asociaciones las víctimas logran responder a las necesidades de una economía de escala.
“Necesitamos al cliente, porque ellos son los que hacen que nosotros compremos un producto. Si la gente quiere ayudar, debe entender que adquirir los productos de las víctimas es la mejor forma de hacerlo”, agregó.