En Pasto, la Unidad para las Víctimas acompañó jornada de sanación y autocuidado para la diversidad
Con la participación de población victima con orientaciones sexuales diversas, se realizó un encuentro en el marco de la conmemoración del 28 de junio, Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+.
La Unidad para las Victimas, en articulación con Heartland Alliance International, abrió un espacio en el que los integrantes de la comunidad LGBTIQ+, víctimas del conflicto armado, participaron de actividades que aportan a su desarrollo y crecimiento personal.
En las instalaciones del parque Chimayoy de Pasto, Nariño, se realizó la jornada que inició con una ceremonia de sanación, la cual tenía como objetivo acercar a los participantes a la naturaleza y darles un espacio de relajación.
Sandra Sarria Cruz, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Nariño, expresó que: “Se conmemora la diversidad, la resiliencia, la resistencia y la fuerza de una comunidad tristemente estigmatizada y en esta ocasión se quiso brindar un espacio de sanación y autocuidado para que esta población que hace parte de las víctimas pueda expresarse y reencontrarse con ellos mismos”.
De acuerdo con el Registro Único de Víctimas (RUV), en Nariño hay 388 víctimas del conflicto que se autorreconocen como población LGBTIQ+. De ellos, 117 se encuentran en la ciudad de Pasto, los cuales son sujetos de atención por parte de la entidad a través de los diferentes procesos.
Dolly Paola Riofrío, integrante de la Mesa de Víctimas, expresó que: “El trabajo mancomunado con la Unidad para las Víctimas ha permitido implementar acciones en beneficio de esta población, las cuales han aportado para el proceso de reparación y en esta ocasión en el tema de atención psicosocial”.
En el artículo 13 de la Ley 1448, Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, se estipula el principio de enfoque diferencial y se reconoce que existen poblaciones con características particulares en razón de su edad, género, discapacidad y orientación sexual, con el objetivo de que el Estado ofrezca las garantías y medidas de protección a los grupos que fueron expuestos a mayor riesgo de violaciones a sus derechos. De esta manera, la atención, asistencia y reparación integral cuentan con dicho enfoque.
“Para los jóvenes es importante que se tenga en cuenta la diversidad y las orientaciones sin discriminar y apoyando cada uno de los procesos que se realizan desde las comunidades, así como este encuentro que nos ha dado herramientas para nuestro crecimiento y visibilización con las entidades que nos atienden en la ciudad”, es lo que manifestó, Lucía Agreda, representante de jóvenes en la Mesa de Participación de Víctimas.
El equipo psicosocial de la Unidad realizó con las y los participantes una dinámica en la que construyeron el árbol de la vida y plasmaron sus deseos, metas, proyectos y sueños, reconociendo el valor y la importancia del trabajo en equipo.
Daniela López, víctima del conflicto e integrante de la población LGTBIQ+ (lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer) OSIGD (orientaciones sexuales e identidades de género diversas), rescató que: “Es muy chévere que las entidades nos brinden estos espacios con nuestras compañeras, poder participar de las actividades y poder conocer las acciones que se implementan para atender a nuestra comunidad… y que apoyen para sensibilizar a las comunidades en que debe existir el respeto por la diversidad”.
La Unidad ha venido trabajando por el respeto a la dignidad humana y por la defensa de los derechos vulnerados de aquellas personas que han sufrido prejuicio, discriminación y odio por cuenta de su orientación sexual y su identidad de género, con ocasión del conflicto colombiano.
Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.