El encuentro de estos sectores de la sociedad se realizó en el marco de un simposio organizado por Save The Children y Uniandinos con el fin de desarrollar roles más activos que permitan solucionar problemáticas sociales, prevenir y mitigar los hechos de violencia armada en la región.

La Unidad para las Víctimas participó en el simposio sobre “Liderazgo de comunidades de base en la construcción de Paz”, convocado por la organización Save The Children y realizado en la sede nacional de la Asociación de Egresados de la Universidad de los Andes (Uniandinos), en Bogotá.

El objetivo del simposio fue conocer, socializar y reflexionar acerca de las estrategias que puedan mitigar la violencia en los territorios y comunidades en el país.

El evento contó, además, con la participación de diferentes sectores de la sociedad como lideresas comunitarias de Arauca, Guajira, Nariño y Valle del Cauca, expertos en construcción de paz y resolución de conflictos.  

Durante la conferencia, la subdirectora de reparación individual de la Unidad para las Víctimas, Alexandra María Borja, expuso la visión que la entidad desarrolla para paliar los efectos de la violencia en la vida de las víctimas del conflicto armado. “Corresponde a la institucionalidad el desarrollar un papel activo y eficiente que permita asegurar que se den los procesos para la construcción de paz, debido a que todos somos actores que hacen parte de este sistema y, por lo tanto, cada uno puede ejercer un papel relevante en las medidas reparación”.

Con respecto a las dinámicas internas de la comunidad, normas sociales y métodos de organización que se pueden utilizar para establecer la paz, Borja recalcó que “la Unidad es una facilitadora de estas dinámicas comunitarias, que se dan a través de la participación de los representantes de las víctimas en las mesas de participación efectiva, por lo que, además,  como entidad del orden nacional, le asiste respetar la autonomía de todas las comunidades que se articulan dentro del proceso de reparación, bien sea mediante procesos de retornos y reubicaciones o en el marco de los programas de reparación colectiva”. 

Al finalizar el evento, algunas lideresas se refirieron a la relevancia de llevar a cabo este tipo de encuentros. “Este tipo de espacios son importantísimos porque nos permiten vincular casos fuera la común, articularnos con la encargada de las víctimas por parte del Estado, hacer un seguimiento del caso y llegar al origen del problema”, expresó María Elena López, lideresa de la comunidad de Palmira.

Pese a estos avances en materia de articulación entre comunidades y Estado, que buscan transformar el impacto de la violencia, que propenden por establecer relaciones más pacíficas y perdurables, para Borja todavía quedan muchos aspectos por mejorar: “el presupuesto, el desarrollo de herramientas para atender eficaz y ampliamente a la población y la comunicación con todas las entidades públicas y privadas, para que haya una mayor oferta institucional, que sume al proceso de reparación integral”.

(EGG/COG)