Cundinamarca (Soacha)
Un grupo de jóvenes afro de Soacha (Cundinamarca), que son instrumento de emprendimiento cultural y han recibido reconocimiento internacional, cantan el tema musical de las conmemoraciones de este 9 de abril, lideradas por la Unidad para las Víctimas.
Un día, de repente, hay que dejarlo todo: la casa, los amigos, los familiares, los sueños, los aromas, los sabores de una tierra que ha visto nacer a sus hijos, esos hijos que pensaron que su mañana sería enajenado a un conflicto que no era propio. Así, exactamente, es la vida de muchos de los que nos rodean pero que han sabido tomar su fe como bastión, pues no depositaron su esperanza en el olvido.
Un ejemplo vivo de ello, son las decenas de jóvenes que viven en el municipio de Soacha (Cundinamarca), que decidieron dejar atrás el estigma y los dolores de una violencia que les arrebató sus metas, y crearon la Escuela de Formación Forjando Sueños Artísticos (EFFOSA). Este colectivo nació en 2008 con el fin de fomentar el rescate de la comunidad afro para las fortalecer capacidades de los jóvenes y darles así una herramienta para su liderazgo juvenil.
No en vano, EFFOSA es pionera en acciones positivas en la zona que ha llevado a que ya cuenten con 250 niños y jóvenes que creyeron en ser instrumentos de transformación de sus propias vidas y de las de aquellos que quieren ser arrebatados por la violencia.
“Hemos tenido dificultades sociales, hemos recibido amenazas, delincuencia, algunos jóvenes se desaniman, pero no hemos dejado a ninguno. Lo más hermoso es que este colectivo de comunidad afro y víctima ha creído en él. Nosotros hemos creído en que sí podemos generar acciones de cambio”, así dice con gran convencimiento Yarlenis Mosquera, la presidenta de la escuela que con sudor, lágrimas y extraordinario esfuerzo da aliento a esa generación que viene tras ella para conquistar el mundo.
Ha sido a través del baile, la música, la literatura, la poesía, los talleres de patrimonio cultural y liderazgo, entre otros, que Yarlenis ha ido ganando poco a poco las batallas de un enemigo devastador: la desesperanza.
“Aunque hay días que no tenemos para pagar el arriendo, estamos unidos y entre todos podemos hacer y generar acciones para cumplir con los objetivos que tenemos. Eso también es gratificante y, sobre todo, porque hemos creado una familia. EFFOSA es una familia en donde caemos pero todos nos ayudamos para levantarnos”, cree Yarlenis, demostrando que no hay dificultad que los aparte del camino de la esperanza.
Ha sido en el barrio Los Robles, en Soacha, municipio vecino de Bogotá, donde se asentaron estos jóvenes que han formado esta iniciativa de emprendimiento cultural y el año pasado crearon el tema “Una oportunidad”, título de la canción compuesta para conmemorar el 9 de abril, Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas.
“La vida de los niños, niñas y jóvenes de los que participaron en esa canción ha cambiado grandemente. Positivamente nos hemos dado a conocer a través de todas las prácticas culturales que cuentan EFFOSA. Cada uno de estos jóvenes, su vida artística, personal, laboral y familiar ha mejorado mucho”, comenta Yarlenis refiriéndose a Alcides, Alexis, Sebastián, Carlos, Mayke, Yulian y Luigy Antony, algunos de los compositores del pegajoso ritmo.
Precisamente, el pasado 26 de enero celebraron, en el barrio Caracolí, el Festival Territorio Libre de Discriminación Racial basada en género, al cual pensaban que llegarían unas 300 personas pero tuvieron más de 800 asistentes. Contaron con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), como principales aliados.
Hubo muestras gastronomía, artística, “presentamos una muestra gastronómica de nuestra región y por primera vez se hizo un San Pacho, se hizo un San Pachito en el que estuvo no solo la comunidad negra sino que se incluyó mucho la población mestiza y eso está generando mucha inclusión, mucha paz y participación”, agrega la lideresa.
“A través de una propuesta que enviamos a la OIM con apoyo de la USAID, nos ganamos un proyecto para poder fortalecer las capacidades organizativas y de emprendimiento cultural de EFFOSA”, insiste Yarlenis. Dicho reconocimiento se dio el año pasado y consiste en que cada una de las líneas que tiene EFFOSA baile, danza, fotografía, liderazgo, patrimonio afro, van a ser fortalecidas y por ello arrancaron el 1 de enero, pero debieron parar por la pandemia.
El año pasado, tuvieron la oportunidad de ir al Festival Petronio Álvarez, fueron como una de las organizaciones invitadas por la OIM y la USAID en 2019, lo cual les abrió puertas para replicar los emprendimientos culturales.
Una de las principales satisfacciones de Yarlenis es que los primeros 19 jóvenes formados a través de liderazgo y patrimonio, entre otros, ya están replicando y han ido a colegios y otros escenarios a contar su historia de emprendimiento. En palabras de la lideresa: “Una de las cosas más importantes el año pasado es que nos escogieron como una de las escuelas juveniles en Soacha con impacto social. Fue reconocida por la Alcaldía Municipal”.
Yarlenis fue reconocida, en mayo pasado, como una de las lideresas que genera más acciones positivas con los jóvenes de Altos de Cazuca, el sector donde tienen su escuela.
Ahora, ella grita a los cuatro vientos que las segundas o terceras oportunidades se pueden dar: “Aprovecho para dar una voz de aliento a cada una de las personas que son víctimas del conflicto armado y que ahora somos víctimas de toda esta pandemia que está viviendo nuestro país. Dios tiene el control de todo lo que está pasando, pasaremos muy pronto esta situación”.
No escatima esfuerzos para decirles a otros que sigan luchando por sus sueños, porque “una vez terminemos esta etapa, los animo a continuar, a creer que, aunque seamos víctimas del conflicto o cualquier acción que hayamos vivido, sí hay oportunidad de cambiar la vida y transformar la vida de otras personas. Si hay oportunidad de ser instrumento para cosas buenas”.
Cosas buenas que llegaron porque no perdieron su propia identidad, no permitieron que un pasado triste los amarrara a la desilusión porque ¿Cómo sería su presente sin esa historia que los antecedió?