![](https://portalhistorico.unidadvictimas.gov.co/sites/default/files/chat-sms.png)
Expertos analizan situación de víctimas en el exterior
El diagnóstico se basa en los resultados de la caracterización realizada durante dos años por la Unidad para las Víctimas y la organización Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
![](https://portalhistorico.unidadvictimas.gov.co/sites/default/files/styles/slide_700_350/public/whatsapp_image_2020-09-24_at_3.59.32_pm.jpeg?itok=A5gcJ5bs)
La situación actual de las víctimas que por una u otra razón decidieron abandonar el país para encontrar mejores condiciones de vida y de seguridad en el exterior, entre otros temas, son materia de preocupación para el Gobierno nacional, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales. Así lo evidenció el diálogo virtual que la Unidad para las Víctimas sostuvo el pasado 19 de septiembre, por casi cuatro horas, con expertos nacionales e internacionales en materia de atención a población víctima en el contexto de la migración forzada.
Este encuentro sobre el cuidado que las víctimas en el exterior requieren, fue motivado por los resultados de la caracterización realizada por la Unidad y el NRC, entre 2017 y 2019, a víctimas, refugiados y solicitantes de asilo que viven en Canadá, Costa Rica, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Panamá y Venezuela, países donde se han presentado las mayores cifras de solicitudes de inclusión en el Registro Único de Víctimas y de presencia de víctimas del conflicto armado colombiano.
Si bien los objetivos del análisis del estado de las víctimas en el exterior o caracterización se centraron en establecer las dinámicas de victimización sufridas, las dinámicas migratorias hacia los países de acogida, los motivos de emigración, sus condiciones de vida, el acceso a los derechos en el país receptor y sus intenciones de retorno, las reflexiones de los representantes del Consejo Noruego para Refugiados (NRC), Acnur, Codhes, Comisión de la Verdad, Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, entre otros participantes, se enfocaron alrededor del universo de los migrantes y las dificultades en sus procesos de acogida y de integración local en los países de destino, los mecanismos para fortalecer la satisfacción de sus derechos, hasta los retos que se avecinan a causa de la pandemia.
Un éxodo variado
Ante estas inquietudes, Beatriz Sánchez-Mojica, doctora en derechos humanos de la Universidad Carlo III de Madrid, manifestó “la importancia de consolidar en un solo colectivo a todas las personas que comparten el éxodo por un lado y la vulneración de derechos, lo que hace que sean reconocidos como titulares de derechos y como sujetos a los que el Estado debe responder”.
Así mismo, para Sánchez-Mojica “es necesario identificar ciertos colectivos de este universo que tienen particularidades especiales y deben visibilizarse como niños, mujeres cabeza de familia, personas que antes del éxodo fueron desplazadas internas, víctimas de violencia sexual, grupos indígenas y afros, los cuales tienen sus propias necesidades y se deben tratar de forma adecuada, y otro grupo son los desplazados en el exterior que están en zonas de fronteras colombiana, que tienen su propia dinámica, donde no alcanza a llegar el Estado colombiano ni el Estado vecino, y donde hay dinámicas de pobreza, criminalidad, narcotráfico, por lo que tienen necesidades particularidades”.
Por su parte, Elizabeth García, indígena arhuaca, refugiada en Canadá, que trabaja por el reconocimiento de las víctimas indígenas y afrocolombianas en el exterior como representante de Asovica y miembro del Foro Internacional de Víctimas, expresó las limitaciones de la definición de lo que es ser víctima según la Ley 1448, porque deja por fuera un gran número de personas que nos vimos obligadas a abandonar el país y que no cabemos en esa definición de la Ley de Víctimas y limita al universo de personas con necesidades y derechos que no van a ser cubiertos”.
De cara a este universo que presenta el éxodo colombiano en el exterior, Adriana Buchelli, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), expresó que a la luz de ciertas convenciones y protocolos internacionales “no todos los refugiados caben dentro de la definición de víctimas de la Ley 1448, pero seguramente todas las víctimas [...] sí podrían ser reconocidas como refugiadas”. También advirtió que “es importante tener mucho cuidado de que las personas refugiadas o e condiciones similares a la de los refugiados al momento de declarar como víctimas no pierdan la protección internacional que tienen como refugiados”.
En su intervención Carlos Martín Beristain, instó que “Colombia necesita una política amplia para el exilio, las víctimas en el exterior y el retorno, que permita brindar una respuesta colectiva de las instituciones del Estado”.
El desafío de la integración
Ante las dificultades que viven los colombianos en el proceso de acogida y de integración en el país donde se han asentado, Sergio Kaminker, delegado de la Dirección Nacional de Migraciones en Puerto Madryn (Argentina), aseguró que “muchas de los problemas están vinculados a la naturaleza de las dinámicas de la política económica y social de los países receptores. Además, algunas de las dificultades que atraviesan los procesos de integración son las limitaciones presupuestarias para su atención”.
Al respecto Marco Romero, director de la Consultoría para los Derechos Humanos y Desplazamiento (Codhes) observó que “hay un problema de voluntad política, de que haya un mayor compromiso con la normativa internacional, y hay que hacer un llamado a los estados para que este compromiso con los derechos humanos se mantenga, que haya políticas públicas para garantizar que estos instrumentos de alguna manera se puedan cumplir”.
En relación con cómo se pueden involucrar los diferente actores y los diferentes sectores de la sociedad en aras de fortalecer los mecanismos de incidencia y atención que redunden en la satisfacción de los derechos de las víctima en el exterior, Ariel Rivera Solari, Jefe de Programa del Consejo Noruego para Refugiados (NCR), afirmó que el rol de la sociedad civil y de las organizaciones no gubernamentales, específicamente las humanitarias, es seguir visibilizando las necesidades de las víctimas colombianas o migrantes forzados colombianos en los países de acogida, seguir con los procesos de caracterización y seguir trabajando con las organizaciones de víctimas para representar esa voz en los países de acogida y ante el Estado colombiano. La comunidad y la cooperación internacional tiene la obligación de seguir apoyando los procesos de reparación individual y colectiva de las víctimas en el exterior.
Por otra parte, Martín Espinosa, cónsul en Costa Rica, refirió que el principal problema es la desconfianza de la población en el exterior hacia el Estado, por lo que es indispensable una estrategia de acercamiento para generar confianza y hacer un programa en conjunto con las víctimas del conflicto.
“En diciembre hacemos una mesa de trabajo con víctimas para preguntarles cómo quieren que abordemos el trabajo y cuáles son las necesidades, lo que nos permite ser un aliado. Uno de los grandes problemas que tienen es poder acceder a un empleo, ser emprendedores, y parte de lo que hemos hecho es generar esas capacidades con talleres de empleabilidad”.
La emergencia sanitaria que enfrenta el planeta por causa de la pandemia también fue motivo de reflexión. “La pandemia va a generar una serie de consecuencias socioeconómicas enormes, va a estimular más migraciones forzadas, no muy voluntarias. Qué consecuencias va a traer la pandemia para las personas refugiadas y migrantes que está en esos niveles de vulnerabilidad que el estudio ha mostrado y que seguramente se han empeorado en estos tiempos, y el único camino que la humanidad tiene es el de fortalecer los marcos de protección, la cooperación debe ayudar para equilibrar esto”, advirtió Romero.
Ante esta situación el cónsul Espinosa aseguró: “Por la COVID-19 logramos gestionar con otros sectores de la población más de mil mercados, de los cuales el 20 por ciento fueron entregados a víctimas del conflicto armado, porque la mayoría de los colombianos en Costa Rica que están en condición vulnerable trabajan en la informalidad”.
Entre tanto, para Estaban Trujillo, estudiante de derecho en la Universidad de Buenos Aires y quien se considera exiliado académico, enfatizó que se requiere mayor acceso a derechos de participación y seguimiento a la política de atención, asistencia y reparación.
Se hace camino al andar
Teniendo en cuenta que es la primera vez que el Gobierno, junto con la cooperación internacional, realiza un ejercicio de caracterización de las víctimas en el exterior de esta naturaleza, la subdirectora de la Unidad para las Víctimas, Lorena Mesa, recalcó la importancia del conversatorio. “Este diálogo es un primer paso para tomar acciones en torno a la política pública de víctimas”, dijo.
John Jairo Romero, representante de las víctimas en el exterior ante la Mesa Nacional de Participación Efectiva de las Víctimas y vicepresidente de la asociación Revivir (España), anotó: “Este análisis nos permite dentro de un contexto real conocer la situación de la población colombiana exiliada; el resultado corrobora que la situación de los colombianos en el exterior no ha cambiado; por el contrario, el flagelo del desplazamiento ha traído problemas sociales y situaciones con pocas garantías que permitan sobrevivir en un país diferente a Colombia, y sin opción de regresar. Por el claro incremento del conflicto interno el escenario es negativo y nada alentador, pero también refleja positivamente el esfuerzo que en conjunto se hace desde organizaciones, entes territoriales, entes de control, oenegés, asociaciones, entre otros”.
Como sugerencia, Elizabeth García dijo que “sería bueno leer las caracterizaciones que por el estilo se han hecho en otros países para leerlas en concordancia y ver donde hay lagunas para atacarlas”.
Por su parte Diana Ortiz, docente-investigadora e integrante de la organización Mecopa (Argentina) y de la red de víctimas por la paz, RevicPaz-Lac, señaló, “el ejercicio de caracterización es un buen comienzo. Suele pensarse que salir del país es sinónimo de prosperidad, no se piensa en lo que implica salir del país en condiciones forzadas, por eso este estudio es importante para dar a conocer esa realidad del migrante forzado, víctima del conflicto”.
El conversatorio, según lo refirió el coordinador del Grupo de Atención a Víctimas en el Exterior de la Unidad para las Víctimas, Oscar Rico, “evidenció que es un tema con muchas aristas, con una diversidad que no solo representa la guerra y el conflicto, sino con implicaciones para los miles de colombianos que tuvieron que emigrar de manera forzada”.
Asimismo, de acuerdo con las conclusiones de uno de los paneles, moderado por Diana Carolina Rodríguez, coordinadora de Información, orientación y asistencia legal del Consejo Noruego para Refugiados, los hallazgos que presenta la caracterización nos invitan a continuar trabajando, pensando y repensando la manera como podemos garantizar la atención a las víctimas colombianas que se encuentran en el exterior.
Consulte la caracterización, aquí:
https://www.unidadvictimas.gov.co/es/las-victimas-del-conflicto-armado-c...
(Fin/EGG/TCT/MCM/LMY)