En la frontera con Venezuela, jóvenes víctimas del conflicto armado lideran acciones de transformación social
En el marco de la Semana de la Juventud, la Unidad para las Víctimas resalta la historia de vida de una pareja de sobrevivientes del conflicto armado que le apuestan a la construcción de paz.
Muy cerca de la frontera con Venezuela, en el municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander, Yuliana Andrea Lobo Bautista y Kevin Eduardo Uribe Mora, dos jóvenes víctimas del conflicto armado, lideran iniciativas de solidaridad, perdón, reconciliación y construcción de paz.
A través del arte y la cultura, esta pareja de jóvenes desarrollan acciones que promueven espacios de sana convivencia y reconstrucción del tejido social. La Fundación Artes Empíricas se convirtió en la plataforma para impulsar un cambio en las nuevas generaciones siendo ellos parte de la misma. “Soy estudiante de la Universidad Francisco de Paula Santander, hago parte de la Fundación Artes Empíricas donde he podido llevar a cabo mi proceso educativo a través del arte en todas sus modalidades”, dijo Yuliana Andrea.
Este trabajo social, comunitario y voluntario, los ha llevado a implementar acciones humanitarias con otras víctimas de la violencia en esta zona del país, convirtiéndose en ejemplos de resiliencia y superación. Así lo expresa, Kevin Eduardo: “Ejerzo mi liderazgo sirviendo como ejemplo y promotor para que muchos jóvenes de la región víctimas del conflicto armado cumplan sus metas, asesorándolos de la mejor manera para que crezcan profesional, académica y laboralmente”.
Con 18 años, Yuliana Andrea cursa tercer semestre de Comunicación Social y en la universidad donde estudia ha liderado iniciativas en beneficio de los más necesitados, en especial, a quienes como ella han resultado afectados por el conflicto armado. “Lideré el proyecto audiovisual Experiencias de Juventud para la Paz, con el que le apostamos, con acciones visibles, al cambio social, al perdón y reconciliación; grabamos nuestros cortometrajes con experiencias de vida fue estupendo y salió de maravilla el proyecto”.
Por su parte Kevin, de 25 años, está a punto de culminar sus estudios de Ingeniería Civil en la mima universidad, estudio que alterna con acciones de solidaridad: “Trabajo con la Fundación Artes Empíricas la cual lidera mi mamá, sirviéndole a la comunidad en diferentes campañas para apoyar a los niños y jóvenes. En momentos de pandemia, mucha gente ha quedado desempleada, sin trabajo y les hemos dado ayudas como mercados y otros elementos que necesitan a diario en sus hogares”.
Aunque tienen edades y perfiles profesionales diferentes, tienen algo en común, las ganas y el interés por ayudar al prójimo sin importar sus condiciones. Reconocen que ser víctima de la violencia les ha permitido reconstruir su presente y el tejido social de quienes forman parte de sus vidas. Hoy, esta pareja de jóvenes se convierten en agentes constructores de paz: “Me gusta motivar a otros jóvenes y ser ejemplo para los demás de que sí se pueden superar las secuelas del conflicto armado, sí se puede soñar, si se puede salir adelante y como decimos en la fundación,‘se vale soñar’”, aseguró Yuliana.
En estos tiempos de pandemia, han liderado iniciativas humanitarias con la entrega de alimentos a cientos de familias en condición de vulnerabilidad. El objetivo continúa y su meta es generar y fortalecer lazos de solidaridad: “Esperamos seguir ayudando a muchas personas, queremos que se unan más amigos para seguir colaborando. Ahora tenemos una campaña muy bonita que se llama kits cultura de paz para contribuir a que los niños puedan cumplir con sus actividades virtuales desde casa y mejorar su calidad de vida”, añadió Kevin.
Yuliana Andrea y Kevin Eduardo hoy son ejemplo y modelo para otros jóvenes en esta población fronteriza que los ha visto crecer y donde proyectan construir escenarios de sana convivencia y superación, enmarcados en el arte y la cultura.
(Fin/CEG/CMC/LMY)