Chocolate con aroma de paz
En Rionegro, Santander, 22 mujeres víctimas del conflicto armado conforman la Asociación Aroma de Paz, que produce el chocolate que lleva su mismo nombre. Aunque el producto ya trasciende las fronteras regionales, esperan posicionarlo en el mercado internacional.
“Mucho gusto, mi nombre es María Eugenia Ayala, de la Asociación Aroma de Paz; vengo a ofrecerle este exquisito chocolate de mesa con azúcar o sin azúcar, fabricado aquí en el pueblo, está fresco y es natural; lo puede consumir con su familia u ofrecer a su distinguida clientela, tenemos en cajas por 25 libras y de 50 medias libras; también elaboramos vino de mora, de mandarina, sabajón, caramelos del mucílago del cacao, yogurt y artesanías", dice una de las integrantes del grupo de mujeres resilientes que, pese a que la violencia les marcó sus vidas, a través de este emprendimiento han logrado salir adelante y sobreponerse a las adversidades.
El repertorio de María Eugenia se repite tienda a tienda en su natal Rionegro, cuando la semana se parte en dos. Una vez adelantadas las labores de la finca con el cultivo, ella y su equipo de valientes santandereanas, se distribuyen labores entre la planta de procesamiento, la labor administrativa y la comercialización.
“Es apretado el trabajo, dos o tres días acá en la finca y el resto de semana en el pueblo ayudando a la producción del chocolate, ahora en la pandemia estamos trabajando por pico y cédula”, manifiesta.
Hace siete años, María Eugenia y un grupo de mujeres afectadas por diferentes hechos de violencia en el marco del conflicto armado, recibieron un incentivo de las entidades del Gobierno para la siembra de cacao y con la decisión de transformar sus vidas, el proyecto fue tomando forma de empresa y ellas fueron descubriendo las enormes bondades de este producto.
Para el 2016, con el apoyo de otras instituciones estatales, incluida la Unidad para las Víctimas y demás organizaciones, obtuvieron apoyo para el fortalecimiento de su cultivo y la consecución de las máquinas para su procesamiento, lo cual les permitió añadir el valor agregado de la producción de derivados; poco tiempo después recibieron asesoría para la formalización y el procesamiento del grano, de esta manera constituyeron su asociación, que hoy cuenta con 22 propietarias y una oferta semanal de 300 libras de exquisito chocolate santandereano.
“Hemos venido participando en la comercialización en diferentes eventos de Fedecacao y hay muchas entidades que nos han apoyado para dar a conocer los productos y gracias a ellas hemos estado en Bogotá, en Agroexpo, y gracias a Dios nos ha ido muy bien”, recuerda.
¿A qué sabe su chocolate?
“Mi chocolate tiene el aroma de la paz que nosotras como víctimas cada día anhelamos más; son muchas las ganas de salir adelante con nuestras familias. Esperamos seguir siendo cada día mejores y que Dios nos ayude a llegar al mercado, que podamos ser competitivos con productos de la mejor calidad y sacar en alto nuestro municipio”, dice María Eugenia.
Cuando las mujeres que conforman esta asociación fueron despojadas de sus casas, de sus tierras, de sus seres queridos, no imaginaban que habría una segunda oportunidad para fortalecerse, aprender, heredar este legado a sus hijos y trabajar en familia.
“Nosotros quedamos sin nada, sin ganas de trabajar, y después cuando logramos tener nuestra tierra nuevamente, y logramos sembrar esas maticas, nos dimos cuenta de que las cosas en la vida nunca son imposibles, que todo se puede lograr, fue la luz en el camino para nosotros poder poner en el camino este emprendimiento tan bonito”, asegura.
Las ventas de Aroma de Paz, han trascendido las fronteras regionales, pero el propósito de María Eugenia y su equipo es lograr el posicionamiento de su marca en el mercado internacional y de esta manera conseguir su sustento diario.
“Ojalá siempre que vayan al mercado lleven el Chocolate aroma de paz y así puedan aportar un granito de arena al mejoramiento de la calidad de vida de nosotros y salir adelante con nuestra empresa”.
El chocolate se consigue actualmente en Rionegro, el aroma se origina en la Calle 11 número 44- 87, mientras logran disponer de medios y recursos digitales que les permitan dar a conocer más su producto y seguir viviendo la materialización de su sueño.
(Fin/YUM/CMC/LMY)