En este municipio nortesantandereano, la Unidad para las Víctimas apoyó con 750 millones de pesos la creación de 150 iniciativas productivas.

Durante una visita de supervisión a los proyectos productivos entregados por la Unidad a las víctimas del municipio del Carmen, la directora territorial de Norte de Santander y Arauca, Alicia María Rojas Pérez, se mostró satisfecha por el avance de los mismos y el compromiso de los beneficiados.

En este municipio 150 afectados por la violencia emprendieron proyectos agrícolas, pecuarios y comerciales. En la puesta en marcha de los mismos, la Unidad aportó cerca de 750 millones de pesos, la Alcaldía recursos por el orden de los 130 millones de pesos y otras entidades como el Senaa y la agencia alemana GIZ dieron capacitación y acompañamiento.

Para la supervisión se escogieron aleatoriamente un cultivo de frijol, un galpón de gallinas ponedoras, una tienda, una fábrica doméstica de pasteles y tamales y una modistería. A todas estas víctimas la Unidad les entregó maquinaria, insumos, animales y demás implementos básicos para empezar el proyecto.

Hasta cada una de las áreas rurales y urbanas donde se desarrollan cada uno de los proyectos llegó la DT, Alicia Rojas, con el profesional de retorno y reubicaciones de la sede de Ocaña de la Unidad, Luis Fernando Lizcano.

Ellos pudieron constatar que Ledys Santana, sembradoras de frijol ya recogió su primera cosecha de siete cargas, guardaron semilla para iniciar la segunda e iniciaron ahorros. Nancy Ascanio dueña de las gallinas ponedoras, 90 en total, están vendiendo más de 60 huevos diarias, producción que puede durar más de un año, tiempo en cual ya deben tener ahorros para comprar nuevas gallinas.

Doña Leonor García, promotora de los “pasteles voladores” (nombrados así porque se venden inmediatamente), asegura que duplicó sus ventas. La cocina industrial le permite producir mayor volumen del producto. Además, los jueves salen la venta sus tamales.

La tienda de Cecilia Torrado tiene buena clientela entre sus vecinos e incluso ya sabe que alimentos nuevo ofrecer, porque sus compradores la retroalimentan. Lo mismo pasa con María Faride Ascanio y su modistería tradicional, que ahora cuenta con una máquina de coser plana y una fileteadora para darle más calidad a la ropa.

Estos proyectos productivos hacen parte del convenio 1376, que incluye también a Teorama con otro número igual de beneficiarios e inversión similar. El objetivo es apoyar emprendimientos económicos con los cuales los habitantes del campo nortesantandereano recuperen su calidad de vida.