El ejercicio se realizó con Prosperidad Social, brindándoles los mínimos éticos considerados en los programas o proyectos que se desarrollan en atención a población víctima para prevenir afectaciones con las propias acciones institucionales.

La Unidad para las Víctimas realizó un ejercicio de acción sin daño con los colaboradores de Prosperidad Social en el Guaviare.

“Denominamos acción sin daño, a los mínimos éticos considerados en los programas o proyectos que se desarrollan en la atención a población víctima. Orientamos a los funcionarios en el correcto manejo de mensajes éticos, de las relaciones de poder y la relevancia del empoderamiento de los participantes de las actividades que ellos realizan”, resaltó Néstor Rey, profesional psicosocial de la entidad.

“Buscamos que las acciones que adelantan las entidades que integran el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, no solo reconozcan y analicen los daños de esta población, sino que podamos prevenir y estar atentos para no incrementar sus afectaciones con las propias acciones, lo que llamamos comúnmente como revictimizar”, expresó el funcionario.

Estos escenarios permiten identificar necesidades, expectativas y disponibilidad, atendiendo también a las particularidades y requerimientos desde el enfoque diferencial y de género.

Carlos Pardo Alezones, director territorial para Meta y Llanos de la Unidad para las Víctimas, indicó que a través de los aprendizajes y retos de la incorporación de dichos enfoques y de la acción sin daño en la misión diría de la institución a la que se acompaña, permite transversalizar y armonizar el trabajo en beneficio de las víctimas.