Jul
14
2017

“Nos devolvieron la integridad y la autoestima”: víctima de violencia sexual

Un grupo de mujeres víctimas de delitos sexuales durante el conflicto armado en Antioquia culminó la estrategia de reparación integral con enfoque de género, que fortalece sus vidas.

AntioquiaCopacabana

En la fogata que prendieron en el centro del círculo formado por las mujeres víctimas de la violencia sexual se consumieron los sentimientos de “dolor”, “rencor”, “miedo”, “depresión” y hasta ideas de suicidio que las atormentaron desde que se convirtieron en víctimas del conflicto.

Escribir esas experiencias dolorosas y arrojarlas al fuego fue el acto final con el que 35 de ellas concluyeron su proceso de reparación integral durante la jornada desarrollada en la finca Villa Melisa en Copacabana.

Los rostros tristes y los temores con los que llegaron a los primeros encuentros sicosociales cambiaron por semblantes sonrientes y optimistas durante los encuentros dirigidos por el equipo de psicólogos y profesionales de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.

Sobre el telón de la memoria que pintaron escribieron mensajes como “no más silencio”, “fortalecerme y superarme”, “perdón”, “fortaleza para salir adelante”, con lo que compartieron su experiencia y se demostraron a sí mismas que, más que víctimas, son sobrevivientes fortalecidas para continuar o emprender nuevos proyectos de vida.

“Somos mujeres que nos atrevemos a mirar el futuro con optimismo. Formamos parte del proceso de reconciliación y paz”. Este fue el mensaje pintado en ese telón por Luz Mary Giraldo, quien sufrió la violación por parte de guerrilleros de las Farc en una vereda de Pensilvania (Caldas). Su familia también era extorsionada y luego de sufrir el delito sexual, se desplazaron a Antioquia.

En Medellín denunció y se convirtió en una de las 19.411 víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual reconocidas como víctimas del conflicto (18.544 mujeres).  Recuerda que “me sentía muy pesimista, con rencor y miedo porque uno pierde la autoestima y deja de valorarse como persona y mujer”.

Ahora, al terminar su participación en la estrategia de reparación integral y recuperación emocional es una de las siete mil víctimas reparadas e indemnizadas por los delitos contra la integridad sexual en el conflicto armado.

Para ella, más que el dinero de la indemnización económica, la reparación es “la catarsis que hice de esas vivencias tan crueles, me siento apoyada y escuchada con este acompañamiento profesional, porque la vida no puede seguir siendo ‘no vuelvo a salir de mi casa, no me vuelvo a enamorar ni relacionar con la gente porque fui abusada’, sino volver a tener una vida normal y proyectos”.

Estas mujeres valientes reconocieron que, aunque “nunca se puede olvidar lo que nos hicieron”, aprendieron que "no debemos sentir culpa ni vergüenza, sino vernos como mujeres valerosas que continuamos luchando por nuestras familias y por salir adelante".

Es la experiencia que Johana Isaza destaca de su proceso de reparación para “superar esto es tan doloroso para una mujer que hasta pensamos que el mundo se acaba, pero llega la Unidad para las Víctimas a repararnos y devolvernos la integridad y la autoestima… hemos aprendido que tenemos una oportunidad de valorarnos y que tenemos derechos que no conocíamos. Ya no tenemos que escondernos ni sentir vergüenza”. 

Estrategia de reparación con enfoque de género

Según Jorge Mario Alzate, director de la Unidad para la Atención y Reparación a Víctimas en Antioquia, "no se puede reparar lo irreparable, pero la estrategia de reparación integral con enfoque de género las ayuda a recuperar la autoestima y reorientar sus proyectos de vida con el equipo de psicólogos y profesionales con los que se desarrollan los talleres sicosociales y de orientación financiera. La idea es que los recursos de la indemnización que recibieron tengan un efecto de reparación para ella".

La mayoría de las mujeres participantes de este programa manifestaron su interés de invertir en vivienda, proyectos productivos y estudios.

Según el Registro Único de Víctimas, los diez departamentos con mayor ocurrencia de violencia sexual contra la población femenina durante el conflicto armado son: Antioquia, con 3.019; Magdalena, con 1.929; Nariño, con 1.178; Bolívar, con 1.020; Putumayo, con 897; Cauca, con 801; Caquetá, con 758; Norte de Santander, con 615; Valle Del Cauca, con 717; y, Chocó, con 345.

Durante los seis años de implementación de la Ley de Víctimas (hasta mayo de este año) 7.126 personas (6.903 mujeres) ya fueron indemnizadas en Colombia por este delito con recursos por más de 135 mil millones de pesos. De las 3.019 víctimas registradas en Antioquia, el 44 por ciento, 1.389 (1.347 mujeres y 42 hombres) recibieron la indemnización económica como parte de su reparación integral.