“Tenemos que dejar el miedo”, claman víctimas en Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres
Hablar del impacto del conflicto armado en sus vidas, establecer redes de apoyo y aprovechar las estrategias de reparación integral que la Unidad para las Víctimas tiene preparadas para ellas, son algunas de las soluciones reveladas por sobrevivientes del conflicto armado para superar los hechos, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Desplazamiento forzado, homicidio, amenazas y agresiones sexuales: dada la profunda afectación del conflicto armado en las mujeres, la Unidad para las Víctimas hace un llamado en este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, para frenar los hechos que les han dejado profundas secuelas, y ante los cuales, la entidad aplica una atención diferenciada.
“La guerra ha afectado a las mujeres de una manera cruel. Nos ha dejado cicatrices emocionales, sentimentales, y físicas en nuestra dignidad y autoestima”, afirmó Viviana -cuyo apellido prefirió no revelar-, una de las 4’095.794 mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia.
Originaria del departamento de Santander pero residente en una población de Cundinamarca, Viviana participa en una de las estrategias de Recuperación Emocional de la Unidad para las Víctimas. Ella reconoce este apoyo, fundamental “para salir adelante”.
“Con algo tan difícil de superar, necesitamos un apoyo para volver a confiar, a querer y a querernos a nosotras mismas, a tratar de olvidar. Son cicatrices y las cicatrices no se borran”, aseveró.
En Colombia, los hechos victimizantes que más han afectado a las mujeres son desplazamiento forzado (82%), homicidio (10%, entre víctimas directas e indirectas), y amenaza (4%), según el Registro Único de Víctimas.
Además, el RUV reconoce la violencia sexual en el conflicto armado. De las 16.824 personas reportadas por este hecho, 15.087 son mujeres (el 90%).
Este tipo de violencia produce trastornos psicológicos y psiquiátricos, discapacidad o enfermedades que afectan el normal desarrollo del proyecto de vida, y disminución o pérdida de fuentes de ingreso.
Para Viviana, quien destacó la importancia de las redes de apoyo para las víctimas, el asunto debe ser asumido “por toda la sociedad”.
“Tenemos que hablar y dejar el miedo. ¡No más silencio! Debemos ser capaces de buscar ayuda si está pasando algo que nos hace daño. Debemos tener la valentía de salir adelante a pesar de las adversidades”, agregó.
- Compromiso con la reparación -
La Unidad para las Víctimas adelanta acciones con enfoque diferencial para reparar a las más de cuatro millones de mujeres afectas por el conflicto.
“Desde la entidad tenemos un compromiso político con la reparación de delitos contra la libertad e integridad sexual. En el marco del conflicto armado, la violencia contra la mujer se agudiza y se agrava, a través de la fuerza y las armas, mediante el sometimiento, el silencio, la violencia sexual, las prohibiciones y el homicidio”, afirmó Lina Camargo, coordinadora del enfoque de Mujer y Género de la Unidad para las Víctimas.
Por esta razón, “nos hemos esforzado en superar el subregistro de los delitos sexuales, al apoyar jornadas de declaración y denuncia. Igualmente, buscamos transformar prejuicios”, agregó la funcionaria.
Por otro lado, la entidad avanza una estrategia de Reparación Individual a Mujeres Víctimas de Violencia Sexual, con más de 1667 beneficiarias en todo el país, con el fin de mitigar los daños individuales, sociales, colectivos, familiares, comunitarios y organizativos de este tipo de crímenes.
La Unidad para las Víctimas ha indemnizado a 377.483 mujeres afectadas por el conflicto, por un total de más de dos billones de pesos. De ellas, 6.327 han sido por violencia sexual.