La Unidad para las Víctimas inició estrategia para reforzar a las organizaciones en municipios priorizados con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) del Bajo Cauca y Nordeste de Antioquia.

A la primera jornada de fortalecimiento en materia de  liderazgos y capacidades llegaron 71 representantes de las organizaciones de víctimas que inciden por los derechos de esta población en estas dos regiones.

Las y los delegados, entre ellos defensores de derechos humanos y  Sujetos de Reparación Colectiva (SRC) de los municipios de Caucasia, Zaragoza, Nechí, Cáceres, Tarazá, El Bagre y Valdivia, se dieron cita en la sede de la Corporación Universitaria Remington para capacitarse en la Política de Atención, Asistencia y Reparación a las Víctimas.

El líder comunitario Servio Nolasco Urzola Muñoz, expresó: “Es importante esta capacitación que comienza para asumir los retos que tenemos para aportar en las decisiones que nos afectan, como la próxima elección de las mesas municipales, departamentales y nacional de víctimas”.

Urzola, delegado del colectivo Gente y Bosques e integrante de la comunidad campesina del corregimiento Puerto López, del municipio El Bagre, donde se implementa un plan de reparación colectiva, destacó también que el fortalecimiento de las organizaciones es una motivación para muchas que estaban quietas y ahora están aumentando su participación para beneficiar a sus comunidades golpeadas por la violencia”. 

Además, enfatizó que: “Nos sirve para la construcción de la paz, porque hay muchos proyectos del punto 5 (derechos de las víctimas) del Acuerdo de Paz con las FARC, que se deben implementar en este territorio”. 

Esta estrategia coordinada por la Unidad para las Víctimas, con apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y su proyecto Colombia Transforma, incluye seis jornadas de trabajo, para realizarse entre mayo y julio de este año2023, para fortalecer las capacidades,  los mecanismos de autoprotección de líderes y lideresas,  la incidencia ante entidades del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV), y las que conforman el Sistema Integral para la Paz, como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). 

Regiones priorizadas  

El Bajo Cauca y Nordeste antioqueño son dos de las subregiones más afectadas por el conflicto armado y la vulneración de los derechos humanos en Colombia, que se refleja en altos índices de homicidios, desapariciones forzadas, desplazamientos, violencia contra líderes y lideresas sociales y rentas ilegales como cultivos de uso ilícito y minería ilegal. 

Sus municipios son priorizados por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), en cumplimiento del Acuerdo de Paz con la extinta guerrilla de las FARC. 

Por eso, la Unidad para las Víctimas ha priorizado los planes integrales de reparación colectiva, de retorno y reubicaciones, la oferta para las víctimas de desplazamiento forzado, las medidas de la reparación integral y las obras comunitarias para comunidades campesinas, afrocolombianas e indígenas. 

Los programas PDET se enfocan en el mejoramiento de la infraestructura comunitaria: escuelas, viviendas, puestos de salud, obras viales, la formalización, titulación y restitución de tierras, proyectos de conectividad rural (internet), sustitución de cultivos ilícitos, servicios públicos, salud y educación, entre otros.  

Resaltar el poder transformador de las víctimas del conflicto armado es una de las apuestas más importantes de la Unidad para las Víctimas. Seguimos trabajando para dignificarlas y reconocer su capacidad de cambiar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios; son las víctimas del conflicto armado quienes hoy deben tener la palabra, pues son quienes han dado segundas oportunidades y son el referente ético y moral para guiar al país hacia la Paz Total.