La lucha es hasta encontrarlos

Miles de colombianas y colombianos han visto durante décadas cómo el conflicto armado ha borrado el rastro de sus familiares. La desaparición forzada en el país partió en dos la vida de los sobrevivientes y fragmentó el tejido social de las comunidades. Los duelos profundos y constantes se convirtieron en el día a día de los familiares de las víctimas, de una herida colectiva que pareciera no cerrarse jamás.

Sin embargo, las organizaciones y las y los familiares siempre han estado ahí, insistentes e incansables en la búsqueda. Su lucha y resiliencia ha obtenido grandes triunfos en la accesibilidad de derechos como la Ley 1448 de 2011. Aquí nace la Unidad para las Víctimas, la cual ha contribuido a resarcir los daños ocasionados por el conflicto armado a las víctimas de desaparición forzada, a través de las medidas de reparación integral con acciones como la entrega de la indemnización administrativa y judicial, y el acompañamiento psicosocial en los procesos de búsqueda y entrega digna real o simbólica de restos óseos. Este acompañamiento permite reconocer y visibilizar el sufrimiento que ha causado este hecho victimizante en el ámbito personal y familiar, ofreciendo herramientas para minimizar el impacto emocional y fortalecer las capacidades. De igual manera, se busca recordar y rendir homenaje a las víctimas directas de este hecho atroz.

Además, se destaca la inclusión de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASFADDES) como sujeto de reparación colectiva en el Registro Único de Víctimas (RUV) y el trabajo de acompañamiento que se está realizando para la implementación de su plan.

Las historias y los testimonios de quienes aún continúan esperando a su ser querido dan cuenta de la importante labor de acompañamiento que realiza la Unidad para las Víctimas y el compromiso de todos los colombianos para seguir buscando esas voces que fueron calladas.

“La guerrilla me lo quitó”

Gloria Salamanca no cesa la búsqueda de su hijo, quien desapareció hace 17 años en Nariño. Anhela saber la verdad sobre lo sucedido con su “Mono” y cree el conflicto le quitó un hijo, pero que la vida le ha regalado muchas y muchos más.

“Hasta que no pasamos por la pérdida de un ser querido, no tomamos conciencia”

Mercedes Ruíz habla de su cuñado Hernando Ospina Rincón, detenido y desaparecido el 11 de septiembre de 1982. Este hecho hace parte de parte del caso Colectivo 82, una práctica cometida por el entonces grupo F2, señalado de detener y desaparecer a más de 10 civiles.

“Con tus alas, que hoy son las mías, yo buscaré hasta encontrarlos”

Adriana Pérez, buscadora desde los 14 años y quien no ha cesado por encontrar a su padre y su tío desde hace 27 años, cree firmemente en la lucha de los familiares y en esta historia cuenta parte de las palabras que ha escrito a su padre.

Descansar hasta encontrar a mi mamá: primera parte 

En este episodio de 'Dos de cada diez' traemos la historia de Jeiny Alexandra, una vida atravesada por la guerra. Contaremos esos difíciles momentos que pasó ella junto a sus hermanas desde que desaparecieron a su mamá. Una vida de luchas y de nunca desfallecer hasta encontrarla.

Descansar hasta encontrar a mi mamá: segunda parte

Jeiny Alexandra, por muchos, años buscó incansablemente a su mamá. Fue mucho tiempo transcurrido desde ese 25 de noviembre de 1999, en el que se avanzó muy poco. No obstante, en una jornada de búsqueda en diciembre del 2016 todo sería distinto. En esta segunda parte les contamos esos momentos en los que Jeiny y sus hermanas, por fin, tendrían noticias de lo que le había pasado a su mamá.

En el exilio mi búsqueda no para 

John Ricardo Ubaté Monroy y Gloria Bogotá fueron desaparecidos el 19 de mayo de 1995 por miembros del entonces UNASE (Unidad Antisecuestro) debido a su trabajo en defensa de los derechos humanos en Cali, denunciando la mal llamada “limpieza social” que se estaba dando en Siloé, con complicidad de la Policía del sector. Sandra, hermana de John, lleva años buscándoles y luchando contra la impunidad, esto le ha costado el exilio en varias ocasiones.

Que la paz no les cueste la vida 

Eduardo Ávila Fonseca fue firmante del proceso de paz con el
M-19 y posteriormente escolta de Carlos Pizarro hasta el día de su magnicidio. Fue, posteriormente, detenido desaparecido por personas que portaban insignias de la SIJIN en Chapinero en Bogotá.

A Eduardo lo torturaron y asesinaron en un país en donde la pena de muerte no existe. Su hermana Gladys, en el proceso de búsqueda junto a la organización ASFADES, logró hitos en materia de defensa de derechos humanos en Colombia, como el reconocimiento del delito de desaparición forzada. Este trabajo político le generó amenazas e intimidaciones, llevándola al exilio en Suecia.

Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas
Oficina Asesora de Comunicaciones, Bogotá 30 de Agosto de 2023