Dec
17
2015

El Ortigal, a romper los paradigmas en Popayán

Pese a los problemas que han tenido que enfrentar las familias que habitan este complejo, diariamente trabajan por superar su situación de vulnerabilidad. El acceso a una vivienda digna les ha dado el impulso para salir adelante.

CaucaPopayán

Las más de 2.000 familias que habitan en las 1.644 unidades que entregó el Gobierno Nacional en el Valle del Ortigal (a las afueras de Popayán, Cauca) trabajan diariamente en la construcción del tejido social.

Allí, personas de todas las edades y de diferentes regiones del país que llegaron como víctimas del conflicto armado y actualmente pudieron realizar su sueño de tener una casa propia y reiniciar su vida.

Sin embargo, el contexto y teniendo en cuenta que el proyecto se entregó recientemente se han tenido que tomar medidas para mejorar la convivencia. La Unidad para las Víctimas ha apoyado esta iniciativa desde la atención sicosocial como lo explica el director territorial para el Cauca, Jorge Vásquez: “este es un proyecto que se entregó a las familias en situación de desplazamiento. En este espacio se han creado ciertas dificultades por lo cual estamos haciendo un trabajo muy fuerte en atención sicosocial y resolución de conflictos.  Se ha priorizado el tema de atención a través de entidades del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Queremos resaltar que el trabajo con las víctimas es muy importante; este se debe hacer articuladamente para empoderar a estas familias y que así puedan salir adelante”.

Los líderes de esta comunidad a su vez han buscado respaldo en diferentes organizaciones para implementar programas enfocados en niños, niñas y jóvenes, además de las madres cabeza de hogar, así lo explicó Ermencia Alvear, lideresa del sector y administradora de una de las torres. Actualmente trabajan en conjunto con la Fundación Maresur para generar dos tipos de proyectos: el primero busca crear hábitos de sana convivencia en los niños, niñas y jóvenes, además de recuperar espacios como la casa comunal y el segundo se enfoca en generar ingresos para las madres cabeza de hogar a través del reciclaje.

Cada apartamento cuenta con 42 metros cuadrados, dos habitaciones, cocina y sala comedor, que en muchos casos es adaptado como espacio para un negocio familiar. La señora Frolelinda Daza llegó hace tres años a Popayán víctima de amenazas en el departamento del Chocó. Ella llegó y construyó su casa con madera en uno de los sectores más deprimidos de Popayán y en un incendio lo perdió todo nuevamente.

Actualmente esta madre cabeza de hogar tiene su casa propia y además en su sala funciona un salón de belleza: “Mi propósito es seguir adelante para poder brindarles una mejor calidad de vida a mis dos hijas.  Este barrio es muy hermoso y acá se construye paz”, señaló.

De esta forma la comunidad del Ortigal busca espacios de participación y a través de diferentes programas pretenden adaptarse a su nueva vida.